En esta serie de entradas trataré de explicar los posibles problemas que nos pueden aparecer a la hora de tocar el piano, como el dolor y la fatiga muscular. Por lo general, con una postura adecuada y una técnica correcta, la mayoría de problemas no aparecerán, pero puede que aparezcan de todas maneras. Aquí explicaremos el porqué de su aparición, y posibles soluciones.
LA ESPALDA
La espalda es una zona muy grande de nuestro cuerpo que estará en constante trabajo mientras tocamos el piano, encargándose de mantener una postura correcta.
Veamos el siguiente ejemplo:
Podemos probar esto tanto en posición de pie como sentados. Con los brazos relajados de forma natural, nos será muy fácil mantener la espalda erguida. Sin embargo, cuando estiramos los brazos hacia adelante, el peso de los mismos no caerá sobre nuestra base de apoyo, sino que empujará el cuerpo hacia adelante. Para mantener la posición erguida, los diferentes músculos de la espalda se activarán para contrarrestar esa fuerza.
A la hora de tocar el piano, nuestros brazos se encuentran por delante de nuestro cuerpo, así que los músculos de la espalda estarán activados (en mayor o menor medida) durante todo ese tiempo. Es por ello que, incluso con una postura correcta, habrá personas que se resientan de la espalda al cabo de un cierto tiempo. Por poner algún ejemplo, yo en ocasiones tenía que parar de tocar el piano después de 15 minutos porque el dolor no me dejaba. Tuve un profesor de piano que también se quejaba del mismo problema, y en cambio mucha gente que conozco puede estar horas y horas sin percibir ninguna molestia.
Este dolor, por lo general, aparecerá por la zona de los lumbares, la parte más inferior de la espalda.
Hay que tener en cuenta que los estudiantes estamos una cantidad respetable de horas sentados en clase, y muchas veces de cualquier forma, pudiendo agravar el problema.
Si este problema aparece, la mejor solución es el fortalecimiento muscular. Ir regularmente al gimnasio o a la piscina nos fortalecerá la espalda, haciendo disminuir o incluso desaparecer el problema. No tiene efecto inmediato, pero deberíamos notar efecto al cabo de un par de semanas.
*nota* : Al ir al gimnasio, hay que tener cuidado de hacer ejercicios adecuados para nuestro problema, y con una ejecución correcta, ya que de otra manera podemos empeorar el dolor. Así que tened mucho cuidado con este tema. Por otra parte, la piscina es ideal, solo con el hecho de nadar unas cuantas veces por semana ya estaremos trabajando muchos músculos de nuestro cuerpo, y no hay que tener tanto conocimiento de ejercicios como en el gimnasio. Solo nadar es suficiente.
Otra solución es que, mientras no fortalezcamos la espalda, podemos sustituir la banqueta del piano por una silla con respaldo. De esta forma, podemos tener la espalda apoyada mientras tocamos el piano. Con esto deberíamos poder tocar sin dolor, aunque tenemos que escoger una silla que nos quede a una altura cómoda. Si nos queda demasiado alta o baja, podemos hacer empeorar nuestra técnica y derivar en problemas en los brazos, por ejemplo.
De todas maneras, esto debería ser usado solo de forma temporal, si nuestro dolor no nos permite tocar el piano con una banqueta y tenemos que practicar sí o sí. Por lo que nunca se debe olvidar la necesidad de fortalecer la espalda, ya que no solo nos ayudará a la hora de tocar el piano, sino en todo nuestro día a día.
Por último, un método que algunas personas como yo teníamos que usar para poder tocar el piano sin molestias, era el de levantar ligeramente las dos patas de atrás de la banqueta. Esto deja la banqueta en una posición un poco inclinada hacia adelante, cambiando un poco la postura de la espalda. Para subir las dos patas de atrás, se pueden colocar unos cuantos libros debajo de cada pata (que una pata no suba más que la otra) o incluso yo ya tenía unos tacos de madera de la misma altura para utilizar.
Para poneros en situación, cuando más problemas tuve yo con la espalda fue en una etapa que, haciendo triatlón y yendo a nadar unos 5 días por semanas, deje de ir a la piscina para preparar mejor la selectividad. Sin fortalecer la espalda de otra manera, había veces que con solo 5 minutos ya me dolía, y que con la solución de los tacos de madera podía aguantar unos 45 minutos, incluso una hora. De todas formas, el dolor de espalda tarda más en aparecer si vamos al gimnasio o a la piscina, pudiendo yo tocar hasta dos horas sin apenas sentir dolor ninguno. Habrá gente a la que le aparezca este dolor de lumbares, y gente a la que no. Así que, ante todo, precaución. Por supuesto, también podemos cambiar un poco nuestra rutina. Si vemos que tenemos que tocar el piano 2 horas cada día (por ejemplo) y que no damos aguantado tanto tiempo seguido, podemos probar a tocar una hora, descansar un rato y seguir otra hora más.
¡Nos vemos en otra entrada!